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Del Snorkel al Rugby Subacuático: Una Historia Inesperada

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Recuerdo clarito como el agua del Caribe la primera vez que me puse una máscara de snorkel. Era un niño, en un viaje familiar, y la sensación de respirar bajo el agua, de ver ese mundo nuevo lleno de colores y movimiento, me marcó para siempre. Fue como si se abriera una puerta a un universo paralelo, uno donde la gravedad se volvía un poco más flexible y los peces eran los dueños de casa. Quién iba a pensar que ese simple tubo de plástico me llevaría a descubrir el rugby subacuático.

El llamado de la apnea

El snorkel, para mí, fue el primer paso hacia la apnea. Empecé a aguantar la respiración un poquito más cada vez, a sumergirme un poco más profundo para ver de cerca un coral o seguir a una tortuga. Era una sensación de libertad increíble, de conexión con el agua y con mi propio cuerpo. Y mientras más practicaba, más me daba cuenta de que quería explorar más allá, pasar más tiempo sumergido, sentir la presión del agua a mi alrededor.

Un deporte bajo el agua... ¿en serio?

Un día, navegando por internet, me topé con un video. Un grupo de personas nadando bajo el agua, forcejeando por una pelota… ¡jugando rugby! Pensé que estaba alucinando. ¿Rugby… bajo el agua? Parecía imposible. Investigando más, descubrí que se llamaba "rugby subacuático" y que, aunque poco conocido, era un deporte con una comunidad apasionada alrededor del mundo. La idea de combinar la apnea, la estrategia y el contacto físico en un ambiente tridimensional me fascinó por completo.

Supe inmediatamente que tenía que probarlo.

El desafío del rugby subacuático

Encontrar un club de rugby subacuático no fue fácil. No es un deporte tan popular como el fútbol o el baloncesto, pero la búsqueda valió la pena. La primera vez que entré a la piscina y vi a los jugadores moviéndose con tanta fluidez y precisión bajo el agua, supe que había encontrado mi lugar. El rugby subacuático es un deporte complejo, exige una gran capacidad pulmonar, control del cuerpo en tres dimensiones y una estrategia muy particular. No se trata solo de fuerza bruta, sino de inteligencia, coordinación y trabajo en equipo.

Más que un deporte, una comunidad

Lo que más me gusta del rugby subacuático, aparte de la adrenalina de la competencia y la satisfacción de dominar una disciplina tan desafiante, es la comunidad. He conocido gente increíble, compartido experiencias inolvidables y aprendido muchísimo de atletas con años de experiencia. Es una comunidad que te recibe con los brazos abiertos, te apoya y te impulsa a superarte.

Un mundo por explorar

A veces, cuando estoy sumergido, esperando el momento preciso para arrebatar la pelota al equipo contrario, pienso en ese niño que se maravillaba con los peces a través de un snorkel. El camino desde esa primera inmersión hasta el rugby subacuático ha sido largo y lleno de aprendizaje, pero cada brazada, cada apnea, cada jugada, ha valido la pena. El agua es un mundo fascinante, lleno de misterios por descubrir, y el snorkel fue mi puerta de entrada a una aventura que nunca imaginé.

El mundo acuático es un tesoro que debemos cuidar. Cada río, cada mar, cada lago, es un ecosistema frágil y vital. Los invito a explorar, a descubrir, a apasionarse por el mundo submarino, pero siempre con respeto y responsabilidad. Protejamos nuestros océanos, para que las futuras generaciones también puedan maravillarse con la magia que se esconde bajo la superficie.